Renacimiento sin Historia


Comienzan las fiestas del Renacimiento en la ciudad y, como no podría ser de otra manera la exaltación de un periódo que ha permitido a nuestra ciudad alcanzar el estatus de ciudad Patrimonio de la Humanidad, conjuntamente con nuestra vecina Baeza. Este hecho, beneficioso sin duda para Úbeda a nivel económico y cultual es destacable, y consideramos positivo que se realicen una serie de jornadas de acercamiento y divulgación para la ciudadanía de este periódo, brillante, convulso y complejo. Pero, más allá de lo festivo, también consideramos que esta celebración es un momento excepcional para divulgar sobre el Renacimiento a nivel cultural e histórico, sin caer en hagiografías ni en ensoñaciones dulces sobre el pasado de nuestra ciudad. En tal sentido se convierte en fundamental la reflexión sobre el uso de la Historia, y la gestión de ésta por parte de las instancias municipales. Porque si bien, es positivo el visualizar las joyas arquitectónicas de Úbeda y Baeza, también sería tremendamente positivo el que sirviese para abrir un espacio a la divulgación histórica seria que nos permita admirar una fotografía completa de nuestro pasado y no una imagen edulcorada y distorsionada con vocación de exaltación imperial, con el objetivo de ocultar las miserias cotidianas que también azotan la ciudad.

Y decimos que es un momento excepcional, porque la celebración de las Fiestas del Renacimiento pueden constituir un marco incomparable para la divulgación y la reflexión dentro de un entorno festivo. No ya solo por la programación de actividades de ocio, de talleres, de recreaciones históricas, etc, si no también para usar esas herramientas para acercar la Historia con mayúsculas a una ciudadanía que en muchos casos recela de los grandes dicursos, y las jornadas sesudas, frente a estos espacios de ocio. Pero claro, tenemos que partir para esto de dos elementos fundamentales: por un lado una concepción que sea capaz de superar la visión extremadamente brillante de un proceso que como veremos mas adelante esta lleno de claroscuros, y por otro lado la colaboración de la corporación municipal con historiadores profesionales, aficionados a la disciplina y asociciones culturales, de cara a intentar acercar de forma lo mas objetiva posible la realidad de este momento.

Y es que, el Renacimiento no fue una etapa simplemente brillante, si no que constituye una etapa convulsa, conflictiva y compleja. El Renacimiento fue para Europa un contexto de conflictos político-religiosos de gran magnitud, con la atomización de la realidad cristiana en torno a un protocatolicismo que no se concretará hasta el Concilio de Trento, y una serie de movimientos autónomos de carácter confesional que ponían en cuestión la primacía de Roma frente a una Iglesia mas “fundamentalista” en el sentido de la vuelta a los fundamentos de la religión. Fue una época donde un segundo movimiento milenarista apareció con fuerza, planteando la construcción del paraiso en la tierra y la nueva Jerusalén en Ginebra y los Estados alemanes, Fue el momento del Imperio Católico de Carlos V, pero también de su derrota y aceptación del cisma de la Universitas Christiana, es decir de la unidad de la Iglesia.

Con respecto a los acontecimientos en España, esa época dorada a nivel cultural, con el gusto por el racionalismo, la cierta secularización del pensamiento político, y la mirada fijada en los Estados italianos que miraban a su pasado clásico como un periodo de esplendor, se conjugaba con una realidad mas oscura y tétrica. La rebelión comunera castellana (de la que Úbeda participó), las Germanías valencianas, y la represión posterior por parte de las tropas imperiales, el fin de la pluralidad religiosa y de la relativa tolerancia con judíos y descendientes de musulmanes, los autos de fe, la persecución de los humanistas sospechosos de protestantismo, etc, son realidades también enmarcadas en el Renacimiento. Realidades que se invisibilizan dentro de un dogma hagiográfico, complaciente y de mal uso de la historia por parte del ayuntamiento.

¿Por qué decimos esto? Porque el invisibilizar a minorías como la morisca, presentes en la ciudad desde 1526, hacer recreaciones de autos de fe como elementos festivos, exaltando de alguna manera la persecución religiosa, la consideración de Úbeda como una ciudad unicamente renacentista, deja de lado por otra parte una realidad mucho mas amplia mas compleja y mas conflictiva. El afirmar, como se hizo en la proyección reciente que daba inicio a las fiestas, que Vandelvira construyó la ciudad, es invisibilizar el pasado íbero, romano y musulmán de una ciudad muy rica culturalmente, que prefiere blanquear los mitos del nacionalcatolicismo, antes que indagar y explicar su propio pasado. El asociar una ciudad plagada de personajes importantes y de elementos culturales de identidad a Francisco de los Cobos y su familia no es mas que simplificar la realidad, y obligar a traganudo a aceptar que los intereses de esa nobleza son los de la ciudadanía en general. Y no sólo con un objetivo político, si no con un objetivo meramente económico, es decir, la exaltación del turismo, convirtiendo la Historia en una mera mercancía para los nuevos gremios de la ciudad.



Y como decía, el ayuntamiento podría perfectamente organizar de forma paralela al ambito festivo, actividades que sean atractivas, interesantes y motivadoras, explicando entre otros elementos como los reseñados anteriormente, el pasado comunero, la resistencia ubetense a Carlos V, lo cual por otra parte explica el porqué el Emperador tuvo que jurar los fueros en nuestra ciudad. O la pluralidad religiosa, o la potencia de la nobleza y las condiciones del pueblo llano en ese momento. Y para eso podemos combinar tanto charlas, como actividades mas cercanas, como tantas otras ideas que complementan y amplian el espectro de lo programado para estas fechas.



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