Insomnio indignado ( por Oruart )

Acababa de ver las noticias locales: el ex-tesorero de Cáritas Interparroquial de Úbeda, , y el administrador único de la empresa en la que trabajaba, habían sido declarados «autores de un delito de apropiación indebida» al probarse que sustrajeron dinero de las cuentas de la citada organización. Se les condenaba la pena de «dos años de prisión para cada uno, y multa de diez meses a razón de diez euros/día (3.000 euros), también para cada uno, con la responsabilidad personal subsidiaria de 150 días de privación de libertad en caso de impago».Respecto a la responsabilidad civil, tenían que indemnizar «conjunta y solidariamente» a Cáritas Interparroquial de Jaén en la cantidad de 137.124 euros. Y de la misma forma se les había condenado al pago de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular. Esto significaba que no entrarían en la cárcel, al no constar antecedentes sobre ellos, siempre que abonen la cantidad citada, que es la que se ha podido acreditar mediante pruebas que faltaba de las cuentas de Cáritas. Aunque la entidad siempre defendió que la cifra ascendía a 233.634 euros.

También había visto que 15 de los 28 magistrados que conforman la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo habían decidido dar la razón a la banca y que los clientes siguieran pagando el impuesto de actos jurídicos documentados.

Además se había enterado que un fiscal pedía más de 4 años de prisión por el robo de un bocadillo y que para cobrar los dineros que había perdido en la cooperativa de la Unión tendrían que alinearse muchos astros y esperar, esperar incluso más que a que saliera el juicio de las clausulas suelo que esperaba desde hacía años.

Procedía a acostarse, tan indignado que pensaba que no iba a poder conciliar el sueño. En el ABC que compró el día anterior ponía que un cómico, de una cadena, que ni siquiera tenía sintonizada por pensar que era un nido de rojos y de perroflautas que había apoyado el golpe de Estado de Pedro Sánchez y el separatismo catalán, se había sonado los mocos con una bandera de España.