Globos de colores

Globos de colores

Iba caminando con su hijo pequeño por la calle nueva, de repente, justo en frente de la oficina de información del principal partido de la derecha nacional, una serie de globos azules desafiaban el deseo de cualquier infante.

Por fortuna, el niño no se percató, siempre le llamó más la atención el color rojo, los globos del Eroski eran su perdición.

Ella se acordó de cuando en el parque norte fueron multados por la policía local las asistentes a la reunión de un partido emergente de la izquierda. La multa se motivaba en que ese parque era infantil, según el alcalde que había en aquellos momentos si hay niños, no se puede hacer política. El alcalde era del partido del globo azul.

Vió pasar a dos policías locales, observó, se imaginaba que iban a pedir la retirada de los globos. Pasaron de largo.

Pensó que quizás las autoridades creyeron que la inscripción DU impresa en el globo no tenían nada que ver con propaganda electoral ya que no se correspondían a las siglas del partido azul y por tanto publicitarían un establecimiento comercial de la zona.

Debía acercarse a denunciarlo, unos días antes habían repartido globos de color naranja en el parque norte de otro partido de la derecha. No fueron multados, ni siquiera advertidos, seguramente porque nadie se acercó a presentar la queja ante la policía local. Ella no estaba allí con su hijo al que seguramente el color naranja le habría resultado más atractivo que el azul, los colores engañan incluso a los mayores, pensaba, a los niños seguramente también.

Cuando estaba cerca de la pareja de policías locales, se dio cuenta de que uno era miembro destacado del partido del globo azul, decidió no decir nada, ¿para que iba a poner en un compromiso al hombre contra su propio partido?.

Siguió andando con su hijo de la mano, con la inquietud propia de una madre al doblar cada esquina, quizás un señor de la derecha extrema podría estar acechado con un globo verde con la inscripción de la marca de un diccionario impresa.