Fiestas populares o la monopolización de los cauces de participación.
En Úbeda nos encontramos una
peculiaridad que nos acerca de alguna manera a otras ciudades de
enorme devoción religiosa: la omnipresencia de las Cofradías de
Semana Santa durante todo el año a través de las diversas
celebraciones que se suceden en nuestra ciudad. Nos resulta
extremadamente curioso, si desde una perspectiva comparativa, hacemos
balance del formato de fiestas que tienen otras localidades, y de
cómo se encauza la participación ciudadana en los festejos
populares.
Si bien las cofradías de Semana Santa
constituyen y han constituido uno de los principales elementos de
articulación de la participación popular en las ciudades andaluzas,
tal y como ha expuesto magistralmente el antropología sevillano
Isidoro Moreno a través de sus estudios sobre religiosidad popular,
lo cierto es que en nuestra ciudad esta presencia omnipotente de
alguna manera imprime un carácter concreto a los cauces de
participación en los festejos. Y sin negar en ningún momento el
derecho de participación de estas entidades en los eventos de ocio
que se organizan en la ciudad, consideramos que esta preeminencia
como instituciones corporativas de la ciudad, enmascara una mayor
pluralidad de sensibilidades y de intereses. Y vamos a intentar
explicar esta afirmación en las siguientes líneas.
En el caso ubetense podemos observar
que si bien han aparecido nuevos eventos alejados de la organización
tradicional por las cofradías (como el caso de la Experiencia
Zombie, o Úbeda Lúdica), vemos como esto no ha diversificado la
oferta y participación de colectivos en la Feria de Úbeda, las
inminentes Cruces de Mayo o la Feria de la Tapa como ejemplos máximos
de estos tipos de eventos. En muchos casos, y de forma totalmente
lógica, vemos como se usan estos para buscar financiación para las
actividades de todo el año. Pero mientras tanto otras fiestas
tradicionales languidecen por la pérdida de iniciativa de los
colectivos que las convoca, como podría ser el caso de las Hogueras
de San Antón, quizás en uno de sus peores momentos de la Historia
reciente de nuestra ciudad. Estos contrastes nos indican que existe,
efectivamente una preeminencia en el trato ante los diversos
colectivos, y que las cofradías se benefician efectivamente de ese
favor frente a otras pequeñas iniciativas ciudadanas, que no por
ser pequeñas merecen menos visualización.
No tenemos que irnos muy lejos para ver como las fiestas populares presentan unos cauces más democráticos y menos corporativos. La existencia de la estructura peñas en otros pueblos de Jaén, que con asociaciones y cofradías participan en la fiesta de forma directa y no mediatizada, siendo esta más cercana a los intereses de los participantes, frente a una interpretación por parte de una minoría de lo que suponen que son los intereses generales. Y así mismo se permite a colectivos más pequeños acceder a la posibilidad de organizar eventos para sus bases sociales con mayor independencia y flexibilidad, además de acceder a formas de financiación que en muchos casos están copadas por las asociaciones unicamente religiosas.
Otro detalle curioso es el hecho de la
inexistencia de comidas populares (tan comunes en nuestro entorno) en
nuestra ciudad, y de la debilidad cada día mas patente de las
“barras” en ciertos eventos que no tienen apoyo de las cofradías,
y no por falta de interés de los ciudadanos y ciudadanas, si no por
la imposibilidad muchas veces de contar con una estructura suficiente
como para poner en marcha estos proyectos. Por eso planteamos esta
reflexión, llamando a la participación, la originalidad y la
búsqueda de ampliar la pluralidad interna de nuestra ciudad en los
festejos cotidianos, ya que consideramos que esta diversidad no está
del todo representada de forma pública.
Como decimos, el objetivo es ampliar el abanico, abrir a la participación real, autónoma y no mediatizada, como una forma de complementar lo ya existente en Úbeda.
Buenas, con respecto a la feria de la tapa la participación por parte de colectivos es tan baja porque las condiciones son muy abusivas y muchos asociaciones deciden no participar.
ResponderEliminarPienso que no hay una enorme devoción religiosa en Úbeda. Es algo más relacionado con las fuertes estructuras que tienen ciertas entidades vinculadas a la religión católica, como las cofradías.Hasta no hace más de 25 años las asociaciones de vecinos tenían una presencia mucho mayor y como nos contaba Pepo en el pregón de feria de 2016, copaban las casetas de feria hasta bien entrada la década de los 90
ResponderEliminarBuen artículo. Gracias por escribir sobre esta temática, es muy necesario
ResponderEliminarNo fue hasta principios de este siglo cuando las cofradías coparon la feria y a partir de ahi el resto de fiestas populares. Es curioso como en feria ya solo dedican con el derecho a mercadear la concesión, subarrendando su espacio.
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